Verdaderamente éste era Hijo de Dios: Mateo 27:54.
El operador de un puente, en Londres movió la palanca para bajara el puente, de manera que pasara el tren que ya se venía venir. Cuando el tren estaba cerca, advirtió que su hijo había caído y quedado atrapado entre los engranes e la inmensa maquinaria que mueve el puente. ¡Rápido!, el operador tenía que tomar una decisión: Salvar a su hijo acosta de provocar un gran accidente con cientos de muertos o, sacrificar a su hijo para salvar a los pasajeros. Decidió no continuar bajando el puente. El tren, entonces, pasó seguro; algunos pasajeros sonreían al operador. Este respondía en igual forma, aún con el dolor de que su hijo moría para salvarlos a ellos.
Esta historia nos debiera recordar que Dios sacrificó a su Hijo Jesús por nosotros; pero como pasajeros temporales de este mundo lo ignoramos. No podemos o no queremos comprender el significado de lo que Dios hizo y sintió al ver a su Hijo sufriendo en la cruz; de lo que expresaron quienes ahí le rodeaban, cuando dijeron: "Verdaderamente éste era Hijo de Dios".
¿Has comprendido alguna vez el significado de dar un hijo por una causa? Al dar a su Hijo por nosotros, Dios muestra que para Él valemos tanto como su Hijo Jesús.
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