El arqueólogo iba cansado, aun llevando muy poco equipaje (porque llevar mucho equipaje a esas alturas se hace imposible). Además, según se asciende, se hace más difícil respirar.
Delante de él, vio a una niña que no tendría más de diez años, cargando a un niño, muy gordito, sobre sus hombros. Ella iba sudando, respirando pesadamente, y cuando el hombre pasó a su lado le dijo: "Niña, debes de estar muy cansada. Llevas mucho peso sobre ti".
La niña le respondió: "Usted es quien lleva peso, esto no es un peso, esto es mi hermanito".
Moraleja: Muchas veces pensamos que no podemos presentarnos ante Dios por miedo a que seamos una carga para Él, pues pensamos que al igual que el nuestro, el amor de Dios es limitado y condicionado. El amor de Dios es tan grande que no lo podemos entender, solamente aceptar. Siempre que el enemigo te haga pensar que Dios no tiene tiempo para ti y que eres una carga para Èl, debes recordar que Dios no lleva "cargas", te lleva a ti que eres su creación, y en cuanto al tiempo es solamente una limitación de nosotros los humanos.
Afortunadamente el amor de Dios es permanente...
La salud es la mayor posesión. La alegría es el mayor tesoro. La confianza es el mayor amigo (Lao Tzu).

No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página.