REGALOS DE JESÚS (II)

Te regalo la miel que llevaron los pastores para que endulces la vida de los tuyos con cariño y generosidad.
Te regalo mi humildad para engrandecerte.
Te regalo mi estrella para que te muestre el camino que a mí conduce.
Te regalo la música para que como ella alegra, tú también logres dar gozo a los demás.
Te regalo mis lágrimas para que laves con ellas tus pecados.
Te regalo la luz de mi mirada para que guíe tus pasos.
Te regalo mi misericordia para que con ella juzgues a tus hermanos.
Te regalo mi alegría para que con ella contagies al mundo.
Te regalo mi ternura para que con ella sirvas a los pequeños y a los necesitados.
Te regalo mis manos para que con ellas construyas mi Reino.
Te regalo mi amistad para que en ella te apoyes.
Te regalo mi paz para que la contagies a todos los que crucen en tu camino.
Te regalo mi hombro que sostuvo la cruz del pecado de la humanidad para que te ayude a cargar tu cruz.
Te regalo mi pesebre para que en él repose tu corazón.
Te regalo mi amor para que sea la prenda de tu felicidad.
Te regalo el sol para que así como él alumbra al mundo, alumbres tú la vida de tu familia y tus amigos.
Te regalo mis pies para que te guíen por el camino de la verdad.
Te regalo mi amor para que sea la prenda de tu felicidad.
Te regalo mi boca para que con ella denuncies la injusticia.
Te regalo mis llagas para que te conforten en tu dolor y crezca en ti la esperanza.
Te regalo el perdón para que como un bálsamo sane el rencor y cada ofensa que guardes en tu corazón y así, en paz contigo mismo, me ofrezcas lo mejor de ti.
Gracias por leer y compartir.......

REGALOS DE JESÚS (I)

 
Te regalo a mi Santísima Madre, para que sea tu Madre.
Te regalo mi alegría para que tengas una fuente inagotable de paz.
Te regalo mis fuerzas para que te sostengas en tu cansancio cuando sirvas a los demás.
Te regalo la quietud de la noche bendita de mi nacimiento para que llenes tu alma de paz.
Te regalo mis ojos para que con ellos puedas dar una nueva mirada a este universo que puse a tu servicio.
Te regalo mi caridad para que sientas el anhelo de trabajar por los desposeídos y de compartir tu pan con los hambrientos.
Te regalo mi amor para que lleno tu corazón de él, puedas prodigarte a los demás.
Te regalo mi paz para que con tu buena voluntad des gloria a Dios.
Te regalo mi humildad para que desde tu condición de hombre, estés dispuesto a crecer y superarte.
Te regalo la mula del establo para que calientes con tu fervor.
Te regalo mi sencillez para que puedas llegar al Reino de los Cielos.
Te regalo la serenidad para aceptar las cosas que no puedes cambiar y mi valentía para cambiar las que puedas.
Te regalo mis ángeles para que te enseñen a ser mensajero de paz.
Te regalo las caricias de mis manos para que te consuelen y alienten.
Te regalo las lágrimas de mi madre como bálsamo de tus penas.
Gracias por leer y compartir.
 

TESTIMONIO DE UN TAXISTA

 

Me sorprendió gratamente. En un mismo día, en el que hube de tomar varios taxis, vi que en dos de ellos había colgado un rosario en lugar preferente y muy visible. Pregunté a los taxistas por qué llevaban allí el rosario. Las respuestas no se hicieron esperar:
¿Dónde quiere usted que lo lleve? me dijo uno.
No, si me parece muy bien. Pero sospecho que esto le habrá costado aguantar alguna que otra sonrisita irónica, le contesté.
Pues mire qué le digo. Ciertamente, algunos han comentado entre sí en el asiento de detrás mi ocurrencia. Piense que lo llevo ahí más de diez años, y en tanto tiempo han subido al taxi miles de personas, de todas las ideologías y educaciones. Pero le aseguro que si alguno me hubiera dicho a mí directamente algo contra el rosario o contra la Virgen, se hubiera acordado para toda su vida. No me gusta que se juegue con las cosas sagradas y tengo derecho a pensar como quiera y a no esconder mi fe y mi devoción a la Virgen. Yo no me meto con nadie. Y el que se meta conmigo por mi fe, lo menos que haría sería decirle: bájese usted y tome otro taxi que no lleve rosario. ¿Ofendo yo a alguien con llevarlo?
Así me gusta, hombre. Que la Virgen acoja con su bondad de Madre el buen corazón y la valentía que demuestra.
El otro taxista me explicó que se había encontrado el rosario en la parte trasera del coche, sin duda olvidado por algún cliente. Y lo puso en el lugar de honor del taxi. Así, si alguna vez vuelve a subir el que lo perdió, lo reconocerá y se lo podré restituir. Y mientras tanto, ahí va haciendo algún bien: "a mí me recuerda muchas cosas buenas y, a los que suban, les dice que en este taxi se ha de respetar al Señor y a la Virgen. Ah, y conste que por esto no soy más santo que los demás. Pero, esto sí, ganas no me faltan y por lo menos doy testimonio de mi fe".

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LA SABIDURIA Y LA RIQUEZA

 
Del Libro de la Sabiduría
6:6 Holgazán, anda a ver a la hormiga, mira cómo se mueve y se hace sabia. En su casa no hay jefe, ni supervisor, ni mayordomo; pero junta en verano provisiones, amontona su alimento en tiempo de cosecha.
6:9 ¿Flojo, hasta cuándo va a seguir echado?¿Cuándo vas a levantarte de la cama? Y de pronto te sorprende la pobreza como un vagabundo, la miseria cae sobre de ti como un ladrón.
10 Un hijo sabio es la alegría de su padre; un hijo insensato es la amargura de su madre.
10:2 Los tesoros mal adquiridos no se aprovechan; una vida honrada,en cambio libra de la muerte y amargura.
10:4 La mano perezosa atrae la pobreza; la mano diligente se enriquece.
10:5 El hombre prevenido cosecha cuando es verano; pero es muy tonto el que duerme durante la cosecha.
10:15 La fortuna del rico le sirve de defensa, la pobreza del indigente provoca su desgracia.
10:26 Vinagre para los dientes, humo en los ojos, eso es el flojo  para su patrón.
10:24 Uno reparte abundantemente y se enriquece, otro es el avaro, se empobrece.
11:11 El que cultiva su campo, tendrá pan, carece de buen tino el que persigue ilusiones.
11:24 La mano que trabaja serán quien tome las riendas, los trabajos duros seran para el perezoso.
11:27 para el flojo no hay asado en la caza; ser activo, es el secreto de la riqueza.
13:2 Cada cual comera del fruto de sus obras: la felicidad será para el justo, la violencia para el impío.
13:4 Si uno se queda en el deseo, no pasa nada: son los activos los que engorda.
13:7 Uno aparenta ser rico pero nada tiene; otro, ser pobre, y tiene grandes bienes.
13:11 La fortuna que se adquiere de repente no dura; el que la administra con sabiduria la aumenta.
13:20 El que anda con sabios se hace sabio, el que frecuenta a los insensatos se pervierte.
14:7 Apártate del tonto; no recibiras de su boca sabiduría.
14:20 El pobre le causa fastidio a su mismo vecino,mientras que el rico tiene muchos amigos.
14:23 Todo trabajo tiene su recompensa, pero lo que se queda en palabras lleva a la miseria.
14:24 La riqueza será la corona de los sabios, y el tonto se quedará con su estupidez.
14:22 Los proyectos carentes de reflexión fracasan; tendrán éxito si han sido bien planeados.
14:27 El que corre tras el dinero desarma su casa, el que no se deja comprar vivirá.
16:3 Encomienda tus obras al Todopoderoso, y tus proyectos se realizarán.
16:20: El que reflexiona en los echos y testimonios verdaderos de progreso tendrá éxito; ¡feliz el que confía en Dios!
17:16 ¿De qué sirve el dinero en manos de un tonto? Como es tonto no comprara la sabidurá.
Hay más lecturas sobre la riqueza y el éxito en la Biblia. Solo es cuestión de leer con calma.
Gracoas por leer y compartir. ¿Deseas más estrategias sobre el éxito y la queiza? Visita:

DECÁLOGO DE LA SERENIDAD

 

San Juan XXIII, un Papa visionario de alma joven que lanzó a la Iglesia a la aventura del Concilio Vaticano II, dejó a los jóvenes algunos consejos prácticos para vivir con intensidad:

1. Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente al día, sin querer resolver los problemas de mi vida todos de una vez.

2. Solo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto; seré cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé criticar o castigar a nadie, sino a mí mismo.

3. Solo por hoy seré feliz con la certeza de que he sido creado para encontrar la felicidad, no solo en el otro mundo sino en éste también.

4. Solo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten a todos mis caprichos y deseos.

5. Solo por hoy dedicaré diez minutos a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.

6. Solo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.

7. Solo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiere ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.

8. Solo por hoy me haré un programa detallado para llenar mi día. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.

9. Solo por hoy creeré firmemente, aunque las circunstancias me demuestren lo contrario, que la buena Providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.

10. Solo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad

Gracias por leer, comentar y compartir.

LA MUERTE Y EL AJEDREZ

 
Era una noche oscura y fría. Daniel bebía un café sentado en su sillón favorito en la sala de estudio de su casa. Su familia dormía, mientras él reflexionaba sobre muchas cosas; tantas que perdió la noción del tiempo. Eran las 3 de la mañana, y abrió el refrigerador para prepararse algo de comer. Cuando cerró la puerta vio junto a él una figura muy conocida. La espectral imagen lo miró fijamente y le dijo con voz tenue: ¿Sabes a qué he venido?
Él asintió con la cabeza y dijo: Sí, lo sé, ya es mi hora.
Confundida, la Muerte preguntó a su víctima:
¿No vas a llorar? ¡Todos lo hacen! Se arrodillan, suplican, juran que serán mejores, ruegan por otra oportunidad; mientras que tú, aceptas mi llegada con resignación.
Temeroso aún y con un nudo en la garganta, Daniel respondió:
- ¿De qué serviría? Nunca me darás otra oportunidad, tú sólo haces tu trabajo.
- Tienes razón, sólo hago mi trabajo.
- ¿Puedo despedirme de mi familia? preguntó Daniel con la esperanza de recibir un “sí”.
- Tú lo has dicho, hago mi trabajo. Yo no decido la hora ni el lugar, mucho menos los detalles… lo siento Daniel.
- Poca gente piensa en su familia mientras está en vida, pero al llegar este momento, todos piden lo mismo.
- No lo entiendes - dijo Daniel con tono de reproche – yo perdí a mi padre cuando tenía 15 años, y mi sufrimiento fue grande, mi hija menor tiene sólo 4, déjame decirle que la amo.
- Tuviste 4 años para decírselo, tuviste muchos días libres, muchos cumpleaños, fiestas, y otros momentos en que pudiste decírselo a tu hija que la amabas…pero ¿por qué sólo pensaste en tu hija?
- Mi hijo mayor no me creería, y mi esposa, bueno…a ella no creo que le interese si la amo o no. Nos hemos distanciado mucho. Pero mi niña, no hay día que entre por la puerta y no esté ahí para recibirme con un beso.
Deja de hablar, se hace tarde – lo interrumpió la muerte – pero…está bien ¿sabes?, este momento hace que mucha gente haga conciencia de cómo vivió su vida. Lástima que lo hagan demasiado tarde.
Ambos salieron de la casa. Un extraño tren aguardaba en la calle y lo abordaron.
- No todo es aburrido en el estado de la muerte. No puedo decirte lo que pasará al llegar, pero te propongo que juguemos al ajedrez “para matar el tiempo”.
Daniel dijo: ¡Qué curioso! ¡Creí que no tenías sentido del humor!.
El juego se inició. Daniel no se calmaba aunque comenzó ganando. Pero era obvio que eso no lo alegraba.
La Muerte le preguntó: ¿A qué te dedicabas en vida?
- Soy un simple empleado en una fábrica de calzado.
- ¿Obrero?
- No, trabajaba en administración.
- Ah…supongo que te encargabas de ver si faltaba algún producto, o dinero.
- Sí, en parte así era.
- Hay algo que no entiendo…
¿Por qué ustedes teniendo tantas cosas buenas por hacer, se encierran en el trabajo, se olvidan de los sentimientos, no les importan los demás, se vuelven egoístas y violentos, pero cuando los visito, demuestran ternura, humildad, tristeza, miedo, e incluso lloran? ¿Por qué esperan que llegue yo, si ya nada podrán hacer?
- No lo sé.
- En cambio, soy un simple “peón”, haciendo lo que debo hacer y nada más. Mientras ustedes son dueños de su propia vida, capaces de decidir qué harán con ella ¿y para qué? si su decisión más común es desperdiciarla o vivirla mal.
- Te creía más cruel – comentó Daniel.
- ¡Nada es lo que parece!
- Dime... ¿qué pensabas cuando te casaste?
- Pensaba ser feliz, en formar una linda familia, en formar parte de la alta sociedad.
- ¿Y lo lograste?
- Es broma ¿verdad? Me encontraste solo en mi cocina durante la madrugada, y te pedí despedirme de mi hija. Es obvio que no lo hice. - Si hubiera mostrado más amor a mi familia, la petición de despedirme no hubiera sido necesaria.
- Daniel suspiró y respondió: un simple juego de ajedrez no aleja de mi mente a mi familia, mis hijos, mi esposa.
- Mientras el sollozaba, la muerte exclamó: ¡Hemos llegado!
- Daniel intentó calmarse, pero al abrir los ojos estaba de nuevo en su viejo sillón. Secó sus lágrimas. Eran las 6:45 de la mañana, y en lugar de gritar ¡ESTOY VIVO! como lo haría cualquier otro, dijo con voz tenue: GRACIAS, DIOS MÍO… Entró nuevamente a su casa, entró en la habitación de su hija y la abrazó, a la de su esposa e hizo lo mismo. Entró al cuarto de su hijo, y le dijo: Hijo. Despierta ¡es domingo!.
¿Me despiertas para decirme que es domingo?
No hijo, te he despertado para decirte que te amo.
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir”
(Eclesiastés 3: 1-2).
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PARÁBOLA SOBRE RIQUEZA Y POBREZA

Es una parábola que pone al descubierto que tenemos “LA POSIBILIDAD” de generar abundancia y ganancia, con base en nuestras capacidades y a...