Desde niño buscaba a Dios, apesar de que muchos de sus amigos negaban su existencia. Sin embargo, David lo buscò y lo encontrò. A partir de ese momento èl dedicò su vida a trabajar como siervo del Creador; siempre viviò su fe y en su fe, con la seguridad de que algùn dìa iba a estar en presencia de Dios. En sus ùltimos instantes de su vida, David no pensba en lo que dejaba sino a adònde iba; no sentìa la muerte, sino la vida, el inicio de la verdadera vida, de la vida eterna pormetida por Jesùs. ¡Al fin veria el rosotro de Dios!
Si aceptamos la existencia de Dios, habrà sòlo dos opciones para despuès de la muerte. Estar con Èl o bien con su adversario Satanàs. Y es indudable que ante cualquier reflexiòn y prueba, todos quisieramos mirar el rostro de Dios y vivir con Èl hacia la eternidad. La pregunta inmediata seria ¿Còmo podremos llegar a ver a Dios? Otro David, el segundo rey de Israel, nos da la respuesta en uno de sus salmos:
"Porque Dios es justo y ama la justicia;
El hombre recto mirarà su rostro."
¿Podrà haber algo mejor que llegar a mirar el rostro de Dios?
Màs lecturas de fe visita la referencia:
